Reportaje: Narcoméxico (1º Parte), Corrido para un degollado.

El periodista Jon Sistiaga, nos trae un nuevo y excelente reportaje llamado «Narcoméxico» en el cuál recorre la geografía de la violencia narco. El reportaje consta de dos partes: Corrido para un degollado y Alfombra roja para los muertos. 

En Corrido para un degollado, nos detalla por ejemplo de como el perímetro de la morgue de Tijuana está protegido constantemente por una decena de soldados armados hasta los dientes. Están ahí para evitar que se roben los cadáveres. Para impedir que comandos narcos entren, como han hecho en otras ocasiones, y a tiro limpio se lleven los cuerpos de sus compadres y eviten su identificación. 
La morgue de Tijuana está al doble de su capacidad. Acumula 120 cuerpos que no han sido reclamados por nadie y como dice el forense Hiram Muñoz, tienen de todo: «Decapitados, desmembrados, carbonizados, desbaratados en ácido, hay una pérdida total del control, del respeto a la vida, dice «, se queja ante la cámara de Sistiaga este hombre curado de espantos. Tijuana es sólo un ejemplo de lo que está pasando en México. Los narcos de los diferentes cárteles de la droga se están enfrentando entre sí por el control territorial y las rutas que llevan la cocaína hasta los Estados Unidos. Es una guerra de exterminio. Una lucha feroz por el dominio de los mercados que sólo acabará con el aniquilamiento del adversario. «Ya no basta con matar al enemigo, hay que descuartizar su cuerpo para lanzar un mensaje de que se está dispuesto a todo», dice Luis Astorga, director de la Cátedra UNESCO para las Drogas de la Universidad de México. Y esos mensajes se traducen en ejecuciones múltiples, de diez en diez o de veinte en veinte, en decapitaciones, en mutilación de genitales, en una espectacularización de la violencia para generar temor en el adversario. El reportaje de Jon Sistiaga analiza las claves de esa violencia estructural que lleva años sacudiendo México y que parece haberse desbordado en los últimos meses. «La culpa la tiene el consumo de droga en Estados Unidos», insiste en una entrevista el escritor Carlos Fuentes.

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